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1. Jabón blanco básico para ropa / 2. Jabón de polen / 3. Pomada de Hipérico / 4. Crema facial piel mixta con aceite esencial de Naranja |
Nos dieron bastante información también sobre los ingredientes poco saludables que se utilizan en la industria cosmética... realmente para asustarse. Aquí tenéis unos pocos apuntes al respecto.
Al ver lo fácil que es hacer cremas y jabones, he decidido que voy a ir sustituyendo gradualmente todas las cremas y jabones de mi casa. Primero haré las cremas de mi bebé y las mías (ambos tenemos la piel atópica). Ya tengo diseñada la receta personalizada, pero ahora tengo que ir paso a paso, adquiriendo los ingredientes, los materiales y poco a poco iniciar todo el proceso.
También utilizaré el aceite que usamos para cocinar para hacer jabón para lavar la ropa. De momento lo iba guardando para llevarlo a un punto limpio, pero ahora lo reciclaré directamente en casa, cosa que me da una enorme satisfacción.
Y el último paso de esta reconversión, será sustituir el gel de ducha y el de manos. En casa estamos muy acostumbrados a usar geles o jabones líquidos para estos menesteres, y claro, pasarse así a bote pronto a pastillita de jabón, no es tan fácil. Por mí no sería tanto problema, pero no vivo sola ;-)
Hoy hablaré sólo de las pomadas y las cremas, porque sino me voy a extender demasiado.
POMADAS
Lo primero que aprendimos fue a hacer unas pomadas. Hicimos una de hipérico y otra de árnica, ambas muy prácitas si hay niños en casa. Para ello, el primer paso que debemos hacer es obtener una maceración de la planta en cuestión en aceite. Hay muchas recetas por ahí y en otro países suelen usar aceites de menos calidad que el de oliva por su elevado coste. Pero aquí en España, tenemos la suerte de que el aceite de oliva es bastante asequible. Eso sí, tiene que ser virgen extra de primera prensa, y si es ecológico ¡mucho mejor!
Hay dos tipos de maceración: al baño maría y en frío. Es más segura (para mantener las propiedades de la planta) la que es en frío y consiste en echar entre 200 y 300 gramos de la planta por litro de aceite. Deberá permanecer tapado 40 días macerando o un ciclo lunar (28 días), esto es a gusto del productor, según sus creencias o preferencias. Una vez finalizada la maceración se cuela con una gasa.
La maceración con el método del baño maría se utiliza si urge obtener el aceite, puesto que sólo se tarda 5 días en macerarlo. Se echa la misma proporción de planta en el aceite, se tapa y se deja reposar tal cual un día entero. Al segundo día se calienta al baño maría una hora y se deja reposar sin tapar un día. Se repite esta misma operación el tercer y cuarto día. El quinto día se deja reposar sin calentar para estabilizar. Al sexto día se cuela y ya está listo para su uso.
Hay que añadir que también se podrían comprar estos aceites ya macerados con las distintas plantas aromáticas que deseemos, pero yo creo que es más bonito hacerlo en casa, además que el aceite que usemos será mejor que el que compremos ya hecho. Y si además, nos damos un paseo al monte para recoger la planta, otro beneficio que sacamos. Estos aceites duran en perfecto estado con todas sus propiedades unos dos años. Si se utiliza aceite de almendra para macerar, el tiempo se reduce a un año.
Para formar el ungüento, se utilizan 125 gramos de cera de abeja por litro de aceite.
Se templa el aceite a fuego bajo y se añade la cera de abeja removiendo hasta que se haya derretido por completo. En este momento se puede añadir algún aceite esencial, para aumentar las propiedades. A continuación se vierte la mezcla en tarros de cristal que procederemos a dejar reposar destapados para que espese la mezcla. Luego los etiquetamos y más o menos unas 48h después se puede utilizar la pomada.
Sólo añadir, que se puede usar una mezcla de aceites macerados con distintas plantas, o crear una maceración con diferentes plantas, según el resultado que queramos obtener.
CREMAS
La elaboración de cremas de uso cosmético es algo más elaborada, pero también es sencilla.
Además del aceite (que será macerado o no) necesitaremos también agua. Esta puede ser agua destilada, de manantial o algún agua floral. También se podría utilizar algún zumo de planta como el aloe vera o infusiones de plantas como parte de esa agua.
Por último necesitaremos manteca, que será cera de abeja y manteca de cacao y/o de karité.
Al final también se puede utilizar algún aceite esencial, que aporta también más propiedades. Como conservante y emulsionador se utiliza bórax (ácido bórico). Si además se añaden unas gotas de extracto de semilla de pomelo, tendremos otro conservante natural.
La fórmula magistral es la siguiente:
- En un cazo se disuelven los sólidos (manteca) y el aceite a fuego muy lento hasta derretir todos los ingredientes (la temperatura no debe subir de 30-40ºC, pues se perderían las propiedades).
- En otro cazo se vierte el agua y el bórax que hay que disolver bien con una cuchara.
- Añadir esta agua al cazo del aceite y manteca. En caso de que se volviera a solidificar, se puede poner a fuego lento todos los ingredientes hasta que se vuelvan a derretir.
- Hay que mezclarlo todo muy bien, y se puede usar una batidora eléctrica si hay mucha cantidad.
- En este momento podemos añadir el aceite esencial y removerlo todo de nuevo. La pomada se enfriará y quedará espesa.
- Verter la crema en tarros pequeños de cristal, y dejar espesar y enfriar sin tapar. ¡Etiquetar el tarro para saber qué hay dentro!