viernes, 17 de agosto de 2012

Buenos propósitos: hablar menos



Últimamente me estoy dando cuenta de que hablo demasiado. Tanto, que el mensaje que quiero transmitir, no llega. Parece ser que entre tanta verborrea y morralla, lo poco que debería decir en realidad, no cala.


Se me ha ocurrido hacer un ejercicio de hablar menos, y me está costando muchísimo. Sobre todo porque parece que estoy enfadada. Y sí, en parte estoy un poco enfadada, conmigo misma, porque hay un montón de cosas que digo, de las cuales luego me arrepiento.

Si es que todos deberíamos aplicar lo que reza aquel proverbio árabe: si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas. Pero soy dicharachera por naturaleza, y cuando no comento todo lo que se me ocurre me apago, siento que no estoy compartiendo mis pensamientos y me siento algo triste. A lo mejor es que el silencio me incomoda, quizás quiero huir de otros pensamientos y sentimientos más profundos. No lo sé. Tendré que experimentarlo para comprobarlo.

Otra cosa que estoy intentando practicar, es a no reaccionar inmediatamente, sino a detenerme unos segundos antes de hablar. También me cuesta una barbaridad. Sobre todo con mi pequeño. Desearía no decirle "cuidado", "te puedes caer", "no hagas esto o lo otro" y cosas por el estilo a cada rato. Pero es que mi lengua dispara antes de que mi cerebro llegue siquiera a reaccionar :-(

Difícil tarea me espera por delante, pero supongo que la práctica hace al maestro, y poco a poco me lo iré autoinculcando.

Reconozco los beneficios de estarse más calladita, creo que favorece la introspección y también el observar mejor el entorno y empatizar; y también va bien para darle más espacio verbal a los que son menos habladores que una. Pero por otro lado, me encanta hablar, y comentar cualquier minucia, por poca importancia que tenga.

Qué complicados son los términos medios...



4 comentarios:

  1. Buf! Yo es que si me tengo que esperar a decir algo más bello que el silencio me quedo muda, jajaja. Los términos medios son complicados, pero bueno, hay extremos que tampoco están tan mal.
    Lo importante es que te sientas agusto contigo misma.
    Un besazo!

    ResponderEliminar
  2. Sí, supongo que no todo es blanco o negro... pero es que a veces no me siento agusto conmigo misma... de ahí los buenos propósitos ;-)
    Un besote!

    ResponderEliminar
  3. Complicado propósito!. Decirte que la victoria sobre un@ mism@ es la más difícil de las batallas y de las victorias... a veces tenemos miedo de profundizar, de rebuscar, de encontrar. Te aconsejaría que comenzaras con unos minutos de relajación y/o meditación... busca para ponerlo en pc, mp3 o lo que sea... una guiada y busca momentos de soledad y tranquilidad... una habitación, un reducto en tu hogar y recógete.

    Suerte y que te enriqzcan y te hagan crecer esos momentos.

    Besotes!!!.

    ResponderEliminar
  4. Son unos propósitos muy buenos, pero a mí también me cuesta callar en algunas ocasiones, no tanto con mis hijas, que con ellas si tengo paciencia, sino con los adultos. Soy de la escuela de que los demás son adivinos cuando no hablo, jeje. De todas maneras, aparte de contar uno, dos y tres antes de hablar, tienes que ser tú misma. Y poco a poco, irás callando algunas cosas y diciendo otras cosas, pero siempre con tu esencia ;)

    ResponderEliminar

¡Gracias por comentar!