Me he propuesto sonreír más, a todas horas, aunque no me apetezca realmente... A ver si así se contagia mi entorno y recibo todo sonrisas a cambio.
También me he propuesto hacer reír a mi bebé tantas o más veces como llora o se queja al día. Su carcajada me contagia y se me pasan todos los malos humores y mi rostro se relaja en una enorme sonrisa de alegría y felicidad.
Quiero ser más positiva, levantarme cada día pensando y aclamando en voz alta: "
¡Hoy va a ser un buen día!", en vez de con cara de pereza y sentirme cansada nada más empezar.
Y sí, esta semana lo estoy consiguiendo. Me siento más ágil, más alegre, los "
disgustos" que se lleva mi chiquito no me afectan tando y sus risas son música para mis oídos. Estoy susceptible a la felicidad, a ver en las cosas pequeñas el sentido de mi vida y así todo es mucho más fácil.
No sé por qué a veces me obceco con el negativismo, parece que es más fácil dejarse llevar por la desidia, la pereza, el lado oscuro; pero cuando te pasas al otro lado, al lado de la vida, te das cuenta que en realidad es mucha carga para el cuerpo y el espíritu estar enfandándose por todo, y sintiéndose contrariada por cualquier nimiedad.
Así que os dejo una
gran sonrisa, que hoy luce el sol aunque llueva, y cada día que pasa es un gran regalo de la vida.
¡Buen fin de semana!